El Peine del Viento, en la Bahía de la Concha.

Menuda responsabilidad hablar de una de las ciudades más bonitas de España, máxime sabiendo que varios amigos vascos leerán este artículo, algunos de ellos de la ciudad hermana de Bilbao. En cualquier caso, ahí lanzo mi relato-experiencia de la visita que hicimos a San Sebastián (en euskera, Donostia) como parte de nuestro viaje al País Vasco.

Nos hubiese gustado pasar más días en San Sebastián, pero decidimos dedicarle un único día dados los numerosos otros rincones que queríamos conocer en nuestro viaje de 6 días por el País Vasco. La dedicación que merece nuestro hijo de un añito y la improvisada tormenta que nos empapó, condicionó nuestro ritmo de visita a la ciudad, por lo que muchas actividades previstas quedaron en el tintero. ¡La excusa perfecta para regresar!

Pequeña plaza junto al ayuntamiento de San Sebastián, a pie del monte Urgull, donde se sitúa la escultura del Sagrado Corazón.

San Sebastián nos encantó. Es ideal para pasear horas y horas mientras disfrutas de sus contrastes, colores, playas, calles, paisajes… Y qué decir de su gastronomía, ¡es fantástica! En Donostia comimos bastante y muy bien, normal si tenemos en cuenta que la Restaurant Magazine establece que de entre los 8 mejores restaurantes del mundo, 2 están en San Sebastián.

Su arquitectura moderna, iniciada en la segunda mitad del siglo XIX, le ha conferido un ambiente burgués, con un máximo exponente en la parte que rodea a la tal vez playa más famosa de España, la Playa de la Concha. Pero también se pueden encontrar edificios vanguardistas y modernos que rompen con la estética más tradicional. Cada año la ciudad  atrae a directores de la talla de Woody Allen, Roman Polanski o actores como Robert De Niro o Maryl Streep en su Festival Internacional de Cine. Este conjunto de detalles, le otorgan a la ciudad un aire bastante «señorial», lo que da respuesta a sus elevados precios.

Con estas premisas, buscar alojamiento barato en San Sebastián fue toda una odisea. ¡Los alojamientos me parecieron carísimos! Imposible encontrar algo con buena relación calidad/precio por menos de 100 €/día. Después de horas buscando por entre los más famosos buscadores de hoteles nos decantamos por el Hotel Donosti. El coqueto hotel ocupa una antigua casa familiar de 10 habitaciones silenciosas, limpias y elegantes, además de un aparcamiento gratuito (importante) y algo esencial: el trato cordial y amable de sus empleados. Pagamos 75 €/noche por una habitación doble con cuna para nuestro hijo y con el desayuno incluido. Un bus nos acercaba en menos de 15 minutos al centro de la ciudad. ¿Lo recomiendo? Sí.

Hotel Donosti.

Nuestra visita a San Sebastián comenzó en el mercado. Los mercados siempre nos dicen mucho acerca de la identidad de un pueblo, de sus productos locales y de sus costumbres gastronómicas. Me gusta visitarlos sobre todo para ver a sus habitantes en sus quehaceres cotidianos. En San Sebastián los dos mercados más importantes son La Bretxa y San Martín. Nosotros visitamos el Mercado de La Bretxa, donde aprovechamos para comprar unos quesos y anchoas de la región.

Mercado de La Bretxa.

El Mercado de La Bretxa da paso a la Parte Vieja de San Sebastián. La Parte Vieja es el lugar más visitado de la ciudad. Situada al pie del monte Urgull, fue construida tras el incendio de 1813. Durante nuestra visita, sus calles, llenas de restaurantes, bares de pintxos y tiendas, siempre estuvieron abarrotadas de gente de diversas nacionalidades. Era sin duda «MI TEMPLO» para degustar la rica gastronomía de Guipuzcoa. Te recomiendo que pasees sin un recorrido diseñado, dejándote llevar y seducir por el ambiente de sus calles, y degustar algunos de los cientos de exquisitos pintxos donostiarras. Acompáñalos con unos buenos txakolís o sidra.

El Txakolí 

El chacolí (txakoli en euskera) es un vino blanco producido en el País Vasco elaborado a partir de uvas verdes, lo que le provoca cierta acidez.

Típico bar de pintxos vascos.

Además de visitar algunos bares de pintxos, visitamos tres de los muchos atractivos de la ciudad: la Basílica de Santa María del Coro (construida entre 1743 y 1774 en estilo barroco), la Iglesia San Vicente (construida en la primera mitad del siglo XVI en estilo gótico) y la Plaza de la Constitución (donde tienen lugar la mayoría de celebraciones de San Sebastián).

Al fondo, Basílica de Santa María del Coro.
Plaza de la Constitución.

Salimos de la parte vieja de la ciudad y llegamos a la Catedral del Buen Pastor. Su construcción está inspirada en las iglesias medievales de Alemania y Francia. En su fachada principal destaca “La Cruz de la Paz”, obra del escultor donostiarra Eduardo Chillida. La Catedral se construyó con pizarra y piedra del Monte Igueldo.

Catedral del Buen Pastor.

Finalizamos nuestro recorrido por San Sebastián visitando la Playa de la Concha (de unos 1.400 m), para mí, el mayor atractivo de San Sebastián. A todos los que llegan a la ciudad se les pasa por la cabeza darse una vuelta por su agradable paseo.

Playa de la Concha. Panorámica 4 fotogramas.

Disfrutamos del paseo que une la Playa de la Concha con la Playa de Ondarreta (600 m), las cuales conforman las dos playas de la Bahía de la Concha. La bahía se encuentra entre los montes Igueldo (al oeste) y Urgull (al este). Entre ambos montes, en plena bahía, se sitúa la Isla de Santa Clara, que con marea baja nos regala una pequeña tercera playa. La cuarta de las playas de San Sebastian, ya fuera de la bahía, es la Playa de Zurriola, cuya belleza es eclipsada por las otras dos.

Al final de la playa de Ondarreta llegamos al conjunto escultórico de El Peine del Viento, diseñado por el ya mencionado Eduardo Chillida. La obra está compuesta por tres esculturas de acero (10 Tm. cada una) incrustadas en rocas, que son azotadas (y oxidadas) por las olas del Cantábrico. Es un símbolo de San Sebastián.

El Peine del Viento.

Para quienes no entendemos este tipo de arte (confieso que otros muchos tampoco los entiendo), la obra en si puede gustarnos más o menos. En cualquier caso, no podemos obviar que la belleza del paisaje que se divisa desde aquí, acompañado del ruido de las olas que golpean la creación del artista, y de los «geiseres» de aire que atraviesan a presión el suelo del paseo como consecuencia de la fuerza de las olas, es incuestionable. Fue aquí donde nos cayó el diluvio universal (para un andaluz de secano) durante más de una hora, motivo por el cual nos vimos obligados a refugiarnos en el cercano y moderno café de la zona antes de subir al bus que nos llevaría de regreso al hotel. Fue por este motivo por el que no pudimos disfrutar de las 1-2 horas de luz que teníamos por delante. Aun así, regresamos por la noche a la parte vieja a seguir degustando sus pintxos y sumergirnos en su ambiente.

Fin de nuestro primer día en Guipuzcoa y cuarto en el País Vasco. Pasear por San Sebastián, comerse unos buenos pintxos, sentarse unos minutos en la bahía de la Concha a reflexionar, a relajarte o a fotografiarla, fue toda una delicia para nuestros sentidos y por tanto, una experiencia inolvidable. Mañana nos espera la visita a la costa Guipuzcoana, en concreto Fuenterrabía (u Hondarribia) y Pasajes de San Juan (o Pasaia Donibane), sin duda, dos buenos destinos para finalizar la visita a Guipuzcoa antes de emprender el camino hacia la Capital Europea Verde (en 2012), Vitoria, y dar por finalizado nuestro viaje a Euskadi.


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