«Yo tenía una granja en África, al pie de las colinas de Ngong…». Así comienza la célebre película Memorias de África, en la que Meryl Streep intrepreta el papel de Karen Blixen. La baronesa Blixen, como la conocían, llegó el 13 de enero de 1914 a Mombasa. Desde el primer momento, África le atrapó el corazón. Más tarde escribió a su madre: «Nunca antes de ahora he sentido que estoy donde debo estar«.

Si yo tuviera una granja en África, al pie de las colinas del Ngong, la vendería y me compraría una en Masai Mara. Yo llegúe 95 años después al Masai Mara, el 18 de septiembre de 2009, y desde el primer momento me hipnotizó hasta tal punto que tengo la certeza que volveré al que considero el mayor santuario de fauna silvestre de la Tierra.

Creada en 1961 y parte integrante del ecosistema del Serengueti de Tanzania, la Reserva Nacional Masai Mara es la más famosa de los espacios naturales de Kenia.

Un viaje a Kenia está incompleto sin la visita a la Reserva Nacional de Masai Mara. A pesar de no ser la mejor Reserva o Parque para observar aves y que muchas especies no se encuentran fácilmente, los leopardos, guepardos y leones que buscan un buen almuerzo por las llanuras masai y las más de 450 especies de aves, hacen de este rinconcito keniata un paraiso soñado.

En su territorio residen los cinco grandes (BIG FIVE), es decir, las cinco especies más codiciadas hace décadas por cazadores europeos y americanos y en la actualidad, por los teleobjetivos de las cámaras fotográficas de turistas: el león, el leopardo, el elefante, el búfalo y el rinoceronte.

Además, su territorio alberga un pueblo de soldados y cazadores elegido por el Dios Ngai, el pueblo guerrero Masai. La leyenda dice que Dios envió el ganado a la tierra para que los Masais los cuidaran. Por tanto, tradicionalmente se entendía que cualquier otro pueblo que poseyera animales por fuerza tenía que habérselos robado. En el pasado, los ataques y luchas para retomar su «propiedad robada» llevaron a los Masais a enemistades sangrientas con otras tribus, en especial con los Kikuyus, sus más encarnizados enemigos. Los Masais viven en las altiplanicies de Kenia y en las llanuras centrales de Tanzania.

Pero, por si esto fuera poco, cada año, un millón de ñus y miles de cebras del vecino Serengueti tanzano migran a las praderas del Masai Mara en busca de agua y mejores pastos. Ver la manada en movimiento o cruzando el río Mara esquivando a los devoradores cocodrilos es un espectáculo que muestra en toda su crudeza el alto precio de la supervivencia en África. Si tienes la suerte de ver esta migración natural de mamíferos habrás visto el espectáculo natural más grande de la Tierra. Nosotros estuvimos allí… ¡Y LO VIMOS!

Por todo ello, Masai Mara es un destino en Kenia que no puedes perderte, un mundo en el que rige la ley del más fuerte y en el que sus protagonistas representan su eterno drama de vida y muerte.

La migración de mamíferos. El cruce del río Mara

Durante los meses de julio a octubre, casi un millón de ñus, doscientas mil cebras, doscientas cincuenta mil gacelas Thomson y miles de topis, atraidos por los pastos más verdes invaden el Masai Mara encontrando en su camino el río Mara atestado de cocodrilos. En octubre, el sentido de la migración se invierte y emprenden el camino de regreso hacia el sur, hacia el Serengueti, ya en Tanzania.

El ritmo de la migración no es predecible, puesto que intervienen factores climáticos, principalmente la lluvia. Por tanto, no se sabe cuándo va a haber cruce. No obstante, sí existen muchas posibilidades de verlo. No pienses que el millón de ñus, las doscientas mil cebras y los miles de antílopes cruzan todos a la vez. Esto es una creencia erronea, puesto que la llegada a Masai Mara es continuada desde julio a octubre y el paso por el río Mara, también. Es decir, hay muchos días, momentos y puntos diferentes de cruces (independientemente que existan algunos más espectaculares que otros). Tu guía conocerá perfectamente los mejores puntos de observación. En definitiva, las posibilidades de disfrutar del mayor espectáculo natural de la Tierra no son bajas.

En las siguientes doce imágenes os muestro los movimientos migratorios comunes desde enero a diciembre en el Serengueti y Masai Mara. Los mapas los he diseñado a partir de imágenes de Google Maps con capas superpuestas propiedad de Africa Travel Resourse, una excelente página donde podrás encontrar información de Parques, Reservas, alojamientos (fotos, precios…), y donde podrás ver la ubicación geográfica. La línea negra marca los límites fronterizos entre Kenia y Tanzania. Las líneas amarillas indican las Reservas o Parques (Masai Mara y Serengueti son contiguos) y la mancha roja que se desplaza por las diferentes fotos son las manadas de ñus, cebras y antílopes a lo largo del periodo anual.

Alojamiento en Masai Mara

Salvo en el aspecto económico, el alojamiento en Masai Mara no es ningún problema. Existen varios lodges (muchos de ellos de lujo), tented camp y campings. Los más económicos se encuentran como no, en el borde de la Reserva, junto a las diferentes puertas de acceso a Masai Mara.

Lo más importante a la hora de seleccionar un alojamiento es conocer la zona donde se encuentra, puesto que evitarás desplazamientos innecesarios, aunque un buen sitio hay que pagarlo y no todo el mundo puede hacerlo. En Masai Mara existen varias puertas de acceso: Ololaimutieki Sekenani, Talek, Oloololo, Sand River (cerrada) y Musiara. Las puertas deben ser tu punto de referencia para hacer la reserva.

Tras un análisis detallado de los tented camp más económicos sugeridos por Topo Safaris decidimos alojarlos en Sentrim Mara Camp. Antiguamente se llamaba Ngama Camp y en la actualidad se encuentra en obras por restauración. Está situado junto a la puerta Sekenani, por tanto, queda lejos del río Mara, por lo que tendrás que desplazarte durante varias horas hacia allí. Las tiendas son excelentes, una amplia habitación con terraza y un baño bastante decente. El comedor es igualmente amplio y la comida, nada especial, en la linea de su hermano Sentrim Samburu Camp. En la fecha de nuestra visita, la piscina se encontraba en fase de construcción. Durante la cena, los Masais entrarán en el comedor y harán el típico baile guerrero. Te aseguro que a pesar de no gustarme para nada este tipo de teatrillos, el baile, el sonido que nace de sus gargantas y los gritos Masais te hacen pasar un rato agradable. Si decides conocer Masai Mara, y quieres acercarte un par de días a ver el cruce del río Mara, te sugiero que busques otro campamento, puesto que Sentrim Mara Camp queda lejos. Pero, si no estás dispuesto a pagar más, este tented camp es una buena opción, es de los más económicos. Estás son algunas fotos de las tiendas.

Día 9: Traslado a Masai Mara. Safari

Felices por nuestros safaris en Nakuru, pusimos rumbo al mayor santuario de fauna silvestre de la Tierra, la Reserva Nacional Masai Mara, la tierra de nuestro guía y amigo Milton.

Cuando te acercas a la tierra Masai, respiras las primeras gotitas de su aire y ves caminar por sus infinitas llanuras a sus guerreros vestidos de rojo, sonríes de felicidad porque sabes que fuertes emociones te esperan.

Unos kilómetros antes del acceso a Masai Mara por Sekenani Gate tuvimos la suerte de conocer el más importante mercado de ganado Masai de Kenia. Si vas a Masai Mara un viernes podrás verlo.

Nada más llegar a Sentrim Mara Camp, Milton nos animó a realizar nuestro primer safari de tarde. A pesar de disponer tan sólo de un par de horas, el santuario natural dónde nos encontrábamos no invitaba a permanecer en el campamento; dos horas en las llanuras Masai nos regalarían antílopes, gacelas, leones, cebras, jirafas, elefantes y una de las joyas faunísticas más espectaculares del Mara, el guepardo.

Día 10. Safaris en Masai Mara. El cruce

Y llegó el día soñado… el cruce del río Mara.

Después de un madrugador desayuno calórico, fuimos a por los picnics lunch preparados por los Masai del campamento con la idea de no regresar a media mañana y disfrutar así durante toda la jornada en la Reserva Natural. Habíamos decidido salir dirección río Mara sin prisas y sin agobios, deteniéndonos cuántas veces quisiéramos y dónde quisiéramos.

Nada más adentranos unos kilómetros en pleno corazón de Masai Mara, un grupo familiar de 7 elefantes nos sorprendió a nuestro paso.

Justo al fondo, tras el paso de los elefantes, se asomaron un grupo de nueve jirafas Masai, nuestras primeras jirafas Masai, la tercera de las especies de jirafa que vimos en nuestro viaje a Kenia. Se ven con mucha facilidd en Masai Mara. Verás sin dificultad varios grupos durante tu safari en este Santuario.

La biodiversidad en Masai Mara es excepcional. En el horizonte infinito Masai al fin vimos el primer grupo de hienas moteadas con las panzas llenas. Del mismo modo que a las jirafas Masai, vimos a las hienas con frecuencia durante todos los safaris. No tendrás problemas para verlas. Abundan en Masai Mara.

Y cuando digo que la biodiversidad en Masai Mara es excepcional, me refiero a que mires donde mires, de derecha a izquierda, de izquierda a derecha, de diagonal derecha hacia abajo a diagonal izquierda hacia arriba… ¡HACÍA DÓNDE SEA! ¡SIEMPRE VES FAUNA! La abundancia de antílopes garantiza el equilibrio en los eslabones superiores de la cadena alimentaria. ¡ESTÁN POR TODAS PARTES! Impalas, gacelas de Grant y de Thomson, Topis, Eland, Reduncas…

A medida que avanzaba la mañana, el sol subía al cielo e iba perdiendo su color rojo de amanecer. Nos invitaba a refugiarnos en la escasa sombra que nos ofrecía el techo abierto de nuestro vehículo. Faltaba aún mucho hasta el río Mara. Las numerosas paradas que hacíamos para ver a nuestro paso la variada fauna que se lucía ante nuestros ojos, obligaba a detenernos hasta tal punto que nos hacía olvidar el cruce, nuestro principal objetivo en el día de hoy. No es de extrañar, más aún cuando ves en el horizonte infinito el descenso y cicleo de los buitres de la sabana. Buitres Torgos, de Rupell y africanos, descendían en busca de un buen bocado a la cebra que yacía en el suelo.

Teníamos que apresurarnos, debíamos continuar hacia el cruce a esperar el paso de los ñus y cebras… pero es que estampas como esta nos lo impedían. ¿Cómo podíamos renunciar y no detenernos para ver al más impresionante animal de África?

No podíamos creerlo, en Masai Mara, el cuarto de los Parques de Kenia que visitamos, vimos también al más silencioso y hermoso de los grandes predadores.

Este es el cuento de nunca acabar, no podíamos evitar detenernos, detenernos y detenernos camino del río Mara. MIRES A DÓNDE MIRÉS, repito, MIRES DÓNDE MIRES, ¡¡¡VES FAUNA!!! qué me dices de esto… ¿QUIÉN RENUNCIARÍA A DETENERSE Y DEJAR DE VERLOS?

Poco a poco, nos aproximábamos al río. Las emociones previas en las llanuras Masai habian sido fuertes. ¡¡¡Ya habéis visto el mogollón de imágenes!!! Nos esperaba la mejor de las emociones, eso sí, siempre y cuando nos acompañara la fortura. No siempre se ve un buen cruce. Hasta ahora siempre nos acompañó la suerte, y seguro que Masai Mara no nos decepcionaría en esta ocasión. No nos la podía jugar. Habíamos soñado tantas veces con este momento… el momento de la mayor migración de mamíferos del mundo.

Era el día indicado en nuestra ruta. Si no veíamos el cruce hoy, volveríamos triste a casa. Al día siguiente no podíamos regresar de nuevo a intentarlo. Estábamos muy lejos del campamento y no podíamos regresar dándonos nuevamente la misma paliza en coche. ¡¡¡O ahora o nunca!!!

Ya, a escasos kilómetros del río, el ambiente a migración se percibe en las llanuras, decenas de cebras y ñues continúan buscando pastos verdes y frescos; han pasado la barrera del río. Han salido a salvo de los cocodrilos que le aguardaban en el Mara. Habían cruzado muchos, pero aún quedaban miles y miles por pasar. Fuertes emociones se apoderan de nosotros, las más fuertes sentidas hasta ahora en el viaje. PRONTO LLEGARÍAMOS A ORILLAS DEL MARA PARA VER EL CRUCE.

¡¡¡Al fin llegamos a nuestro destino!!! 6 horas después de salir del campamento nos encontrábamos a ORILLAS DEL RÍO MARA. ¡¡¡ESTÁBAMOS EN EL LUGAR INDICADO!!! EN BREVE, CON SUERTE, VERÍAMOS ¡¡¡EL MAYOR ESPECTÁCULO NATURAL DEL MUNDO, EL CRUCE DEL RÍO MARA!!!.

Pero esto fue lo único que vimos…

Algo hizo fallar el espectáculo, ¿tal vez la poca agua del cauce? Los cocodrilos se soleaban ignorando su presa. Los ñus y cebras no se amontonaban en la orilla. Parecían no tener ni la más mínima intención de cruzar el río. Y no es que no se amontonaran, sino que apenas había un centenar de ellos. Tan sólo los hipopótamos parecían entretenidos jugando en el agua. La suerte no se puso de nuestro lado por primera vez en el viaje. Fue una lástima. Tanta ilusión… frustada. Fuimos el día equivocado. !!!Mala suerte!!! ¡¡¡No siempre la tienes de aliada!!!

Tristes por lo acontecido nos miramos los unos a los otros sin mediar palabra. Milton desolado subía y bajaba los hombros y abría los brazos transmitiéndonos igualmente su tristeza. No tuvimos la suerte de ver el más hermoso espectáculo natural del mundo.

Milton y los compañeros aguardábamos en silencio. La tristeza se apoderó de nosotros en ese momento. Pero, de repente, una fuerte energia positiva nos conquistó. Nos miramos todos a los ojos y dijimos a la vez… ¡¡¡VOLVEMOS MAÑANA!!!

Masai Mara no podía castigarnos de esa manera. El mayor santuario de fauna silvestre del mundo no podía negarnos sentir las emociones que sólo ella sabe hacer sentir. Volveríamos a la mañana siguiente. Supondría nuevamente otras 5-6 horas de caminata en vehículo 4×4. ¡¡¡Una auténtica paliza, una auténtica locura!!! ¡¡¡Pero merecía la pena intentarlo de nuevo!!!

Ir a: Reserva Nacional Masai Mara. 2ª parte