Flamencos por miles tiñiendo de color rosa las aguas del lago, rinocerontes blancos y negros entre centenares de búfalos y gacelas Thomson, tímidos y escasos leopardos mimetizados en la sombra… esa es la imagen del enclave que alberga la mayor población de flamencos del mundo, el Parque Nacional del Lago Nakuru, en Kenia.

El Lago Nakuru, próximo a la ciudad homonima y declarado como Parque Nacional en 1968, es un santuario para las aves. Sus orillas están pobladas hasta por más de un millón de flamencos.

Además de la población de flamencos, que durante los últimos años se ha mermado hasta unos niveles mucho menores, Nakuru cuenta también con una importante población de pelícanos.

A pesar de su espectacularidad, el Parque Nacional se ve muy antropizado. La presión de la población y de los furtivos sobre los rinocerontes ha obligado a cerrar por completo el perímetro del parque con 74 km de valla metálica.

La reintroducción de ejemplares de las dos especies, blancos y negros, ha convertido a Nakuru en uno de los principales refugios de rinocerontes en Kenia y es en este parque donde el visitante puede contemplar fácilmente dos de las cinco especies de rinocerontes que sobreviven en el mundo.

Pero Nakuru tiene muchas más joyas de la fauna africana. Jirafas de Rothschild, impalas, gacelas Thomson, búfalos, cebras comunes, facoqueros, damanes de las rocas, babuinos, colobos blanquinegros…

Con suerte podrás ver leones y si se produce un milagro podrás ver al leopardo. El parque también alberga una pequeña población de chacales de lomo plateado y de hienas (rayada y manchada), las cuales con mucha mucha suerte, podrás verlas a orillas del lago en busca de exquisita merienda de flamencos. Te imagínas como tiene que ser el espectáculo; 3-4 hienas chapoteando en el agua y los flamencos saliendo en estampida. No tuvimos la suerte de ver este espectáculo de la naturaleza.

Alojamiento en Nakuru

Para pernoctar en este parque hay campings, algunos lodges y tented camp. Has de tener en cuenta las enormes posibilidades de lluvia en Nakuru, por tanto, piénsate bien la opción camping, aunque sea lo más económico.

Los tres campings públicos existentes disponen de agua y letrinas. El Backpackers Campsite se encuentra junto a la entrada principal del parque por lo que es de todos el menos tranquilo. El segundo, Njoro, está cerca del arroyo del mismo nombre, a 1 km de la entrada principal. El camping Makalia, el menos frecuentado, se encuentra en el límite sur del parque, lejos del lago, junto a la catarata.

A pesar de quedar a 1 km. fuera del Parque, nuestra opción fue Flamingo Hill Camp. Sin lugar a dudas, el mejor de todos nuestros alojamientos. Amplias y limpias habitaciones, coquetas y cómodas salas de estar y buen buffet, me sugieren recomendarte este Tented Camp. No te lo pienses, alójate aquí.

A pesar de nuestra elección, y debido a una confusión de Topo Safaris con las fechas de las reservas, nos vimos obligados a alojarnos una noche en Sarova Lion Hill, uno de los más lujosos Lodges de Nakuru. Topo asumió generosamente el error y corrió con los gastos extras. La habitación y la comida es exclente. No obstante, los aires de grandeza social que se respiran en este lujoso lodge, me sugiere no recomendartelo. Por tanto, la primera noche dormimos en Sarova Lion Hill y la segunda y última de este destino en Flamingo Hill Camp.

Fotos: internet. Autor desconocido.

Día 7. Llegada a Nakuru y safari

Tras nuestra visita al Reino de los cielos, Samburu, y despertarnos con los primeros rayos de sol, partimos rumbo a Nakuru, el paraiso para las aves. Los contratiempos sufridos por los pinchazos de uno de los dos vehículos hicieron retrasar algunas horas nuestra llegada a Sarova Lion Hill, en pleno corazón del Parque Nacional.

Una vez más, nada más asomarnos a la entrada del Parque, un cosquilleo de emoción se apodera de nosotros. En breve disfrutaríamos de «el mayor espectáculo ornitológico de la Tierra«. La tarde nos regalaba las desafortunadas nubes grises haciéndonos balancear las cabezas de abajo a arriba y de arriba a abajo buscando un rayo de sol en el cielo.

Tras dejar nuestras maletas en la habitación del lodge, Milton da unas palmadas de ánimo anunciándonos las escasas horas de luz. Debíamos darnos prisa, así que subimos al 4×4 y pusimos rumbo al lago. De camino al paraíso de las aves, nos avisan que cerca se encuentra una manada de leonas! La emoción es elevada. Decidimos ir en su búsqueda. Existen muy pocos ejemplares del «Rey de la sabana» en Nakuru y nosotros tuvimos la suerte de verlos.

Felices por el encuentro nos dirigimos al lago en busca del mar rosa. Miles y miles de flamencos nos esperaban, pero antes, una vez más, tuvimos que detenernos cuando ya, con muy poca luz, nos sorprende el 5º de los «Big Five«, el rinocerionte blanco.

Sorprendidos por la grandeza y belleza de este «Fig Five», ahora sí, y a pesar de la pésima luz, pudimos al fin disfrutar de ¡LA MAYOR CONCENTRACIÓN DE FLAMENCOS DEL MUNDO!

Día 8: Safaris en Nakuru

La mañana amaneció nuevamente gris. El oscuro cielo prometía lluvias. No obstante, la emoción por regresar al lago y ver nuevamente miles de flamencos y en menor densidad, otras aves, se apoderaba de nosotros. A pesar de nuestra mirada de preocupación por la bofetada que nos arremetía las nubes y sin regalarnos ni un sólo rayo del sol, de repente, el azul del cielo asoma en el horizonte. Ahora sí, tras varias miradas de complicidad y sonrisas entre los amigos, la mágia de la luz invadió el Lago Nakuru.

La facilidad con la que puedes ver impalas, gacelas Thomson, búfalos, cebras comunes (hasta ahora sólo habíamos vista la cebra de Grevy en Samburu), facoqueros, babuinos, colobos blanquinegros y rapaces como águila marcial o incluso el águila de larga cresta (Busardín copetudo, como la bautizamos) y otras especies, es asombrosa.

Pero una vez más, la elegancia de un ejemplar de jirafa, la segunda de las 3 jirafas que veríamos en Kenia, la de Rothschild, hizo arrancar decenas de suspiros de admiración. Su estilo es sobrenatural. Durante casi media hora se lució ante nuestra atenta mirada.

Contentos por el encuentro con la vieja jirafa, afrontamos nuestras últimas horas de safari en Nakuru. A pesar de haber disfrutado como niños con la mágia del Parque Nacional, aunque he de reconocerlo, tristes por no haber podido ver al rinoceronte negro ni el leopardo, pusimos rumbo a Flamingo Hill Camp. A la mañana siguiente partiríamos a nuestro penúltimo destino, la Reserva Nacional Masai Mara. Pero, una vez más, la suerte se apiada de nosotros. Juzguen ustedes mismo…

Durante 10 minutos pudimos disfrutar de la belleza de estos tres ejemplares de rinoceronte negro, especie en peligro crítico y que podría estar recuperándose según los últimos datos del censo. La población de la especie sufrió un drástico declive. De los 65.000 ejemplares censados en 1970 pasó a los 2.400 en los años 90.

Felices por la inesperada sorpresa y con sonrisa de ceja a ceja por la observación del riniceronte negro, nuevamente ocurre el milagro. En Nakuru, un poco antes del ocaso, la naturaleza nos regala nuestros últimos momentos de felicidad en este misterioso Parque.

Avanzando lentamente con el vehículo entre la sombra del diminuto bosque junto al lago, a nuestra izquierda, a una distancia mediamente lejos, pudimos ver cómo una especie de rama colgaba sobre el brazo horizontal del viejo árbol. De repente, lo que parecía una rama más entre las miles, comienza a balancear. Justo a su derecha, asoma la cabeza de aquel que no quería que nos despidiéramos de Nakuru sin saludarle.

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